Existe un extraño árbol, que se sostiene sin
raíces y da frutos sin florecer;
no tiene raíces ni hojas, está recubierto
de loto por todas partes.
Allí cantan dos pájaros; uno es el Guru y el
otro el discípulo:
El discípulo elige los múltiples frutos de la
vida y los gusta, y el Guru lo contempla con alegría.
Lo que dice Kabir es difícil de comprender:
"El pájaro esta más allá de la vista y
sin embargo es claramente visible.
Lo sin forma se encuentra en medio de todas
las formas. Yo canto la alegría de las formas.
El Guru y el discípulo son un solo pájaro, en su doble naturaleza y su relación existe para transmitir las voces de origen. El maestro y el discípulo son los ojos y las manos del mismo árbol, semilla florecida. La semilla contiene el árbol: en el discípulo está el maestro, en el maestro está el discípulo.
¿PODER O SABER? El saber que genero el poder es un saber usurpado. En nuestra educación formal, académica y escolástica, el saber se reemplazo por el poder, la Memoria (Mnemosyne) por la Mnemotécnica, la mayéutica por la disciplina y los golpes de la regla.
La apropiación del mito enajenó la educación a las necesidades de formar una mano de obra útil para el mercado de esclavos, de modo que la antigua hermenéutica fue apropiada por los poderes, poniéndola a su servicio. Y la educación pasó a ser la domesticación de las masas.
En los procesos de educación tradicional y alternativa no existe la enajenación de el Guru y el discípulo, pues su relación es directa, e íntima. Allí no cuenta el poder ni la propiedad sobre el conocimiento, sino la libertad que da el saber, el vuelo que otorga la luz del conocimiento; el paso de la ignorancia a la sabiduría. En la educación moderna el árbol ha sido cortado y los pájaros han emigrado.
El saber vuelto poder es el principio del despotismo, la intolerancia y la tiranía. El poder enmascara y usurpa el derecho natural a la educación en la libertad, imponiendo su interés, el de perpetuar su beneficio. La educación moderna es una educación en la represión donde se ha sustituido el conocimiento de las fuentes, el saber arcano y antiguo, el "conócete a ti mismo" por el dominio y la explotación del hombre y la naturaleza.
El conocimiento aplicado al poder ha desembocado en la carrera tecnológica de las armas y la guerra. El poder se sostiene en las armas, sin las armas no hay poder. En eso consiste su impotencia, su propia debilidad está en la incapacidad de liberarse de las armas.
La diferencia entre la democracia directa y la representativa, es que en la segunda, la palabra esta sustituida, usurpada, re-presentada en los poderes. La Academia y la Escolástica impusieron los modelos de educación artística que rigen la modernidad: el conocimiento enciclopédico y libresco. La mnemotécnica reemplazó la antigua hermenéutica. La lógica socrática y aristotélica estableció reglas coercitivas que se trasmitieron a través del tomismo y cartesianismo, hasta nuestros días.
La formación de la Academia Clásica con su normativa impuso su derecho a la palabra. Sustituyó la semilla del discípulo por la verdad del maestro, el derecho natural por el derecho enajenado, la educación por la domesticación del rebaño.
La crisis de la educación moderna no solo consiste en el descrédito de su ideal pragmático y desnaturalizado sino en el rechazo de su método coercitivo y enajenado.
La educación es el paso de la ignorancia al conocimiento. La educación esta hecha para el conocimiento. Cuando el conocimiento aparece, desaparece la educación. La educación no es un fin, sino un medio.
Como una flecha en el cielo
es el discípulo
disparado por el arco del maestro
Dos pájaros, inseparables amigos, el guru y el discípulo a través de los cuales se trasmite la voz de los ancestros. El Guru y el discípulo, en realidad, son un sólo pájaro. La educación es el eco de la voz de origen resonando en nosotros.
Según la mayéutica, arte de partear el conocimiento, la ignorancia es inquirida liberando al esclavo de las tinieblas, a la luz de la sabiduría.
EDUCACION NO-FORMAL. El mal uso de la informática contemporánea consiste no sólo en la acumulación de información (plus-información), sino en la pretensión de hacer de la prótesis maquinal un cuerpo mental, en ordenadores mnemotécnicos, en bibliopistas omnipotentes, al punto de crear una nueva teología: la teología informática, donde el rito computarizado hace comunión en el Internet.
Las ideologías caen, hoy día, cual pesadas rocas; se derrumban los muros de la conciencia cercada en sistemas de pensamientos. La maquinización propia de la Educación Moderna sustituye la facultad creadora por una realidad virtual pre-fabricada. Las maquinas remplazan los hombres, dejándolos sin trabajo. Sin embargo la resistencia cultural se opone a la creación de golems y de maquinas de guerra. La re-educación de los Poderes pasa por la toma de conciencia de que no es invirtiendo en Seguridad y en Guerra como van a lograr la justicia y la paz social.
Las formas tradicionales de educación se fundan en la conservación de la naturaleza y el hombre, son directas y no enajenan el derecho a la palabra. La creación de la Academia, dentro del proyecto del Hombre Moderno, sustituyó la transmisión directa por la masificación mercantilista.
Las formas tradicionales conservan el poder original de la palabra. Las tradiciones orales guardan la memoria y la ley comunitaria, a través de los consejos de ancianos, de los mitos, leyendas y tradiciones. La transmisión de conocimiento iniciático y secreto, en los ritos liminales, o ritos de paso, es ignorada por la Academia, usurpando los antiguos símbolos por emblemas de mercado: eficacia, competencia, ganancia, etc. Remplazando la formación del Ser por la ambición de Tener.
La transmisión directa en las artes modernas esta rota u oculta. Generalmente permanece oculta, hermética, a los ojos profanos. La perdida de raíces caracteriza el arte urbano, de modo que la educación artística, además de ser ignorada en los programas formales, se ve proscrita a sobrevivir en un medio pragmático.
Una de las alternativas más importantes para una educación no-formal, es la cultura de las fuentes, donde las artes están in origen, donde el mito y el rito unen al hombre con la naturaleza. La educación artística de las urbes está contaminada, como sus ríos. Al beber de las fuentes puras de la cultura alimentamos un sentido perdido, aquel que aun conservan los indios, negros y campesinos. Las voces de nuestros ancestros resuenan en nosotros, despertando la memoria cultural.
De la selva al campo, del campo a la ciudad, la fuente original es alternativa a la cultura pasiva que genera la ciudad. Sin esas fuentes somos nada. Somos hijos de alguien, discípulos de un maestro, hijos de la memoria, nietos de los ancestros.
LA SEMILLA DEBE SER EL OFICIO. El maestro no es quien suplanta la semilla del discípulo, el guru es quien puede ver en las tinieblas. El reconocimiento de la propia semilla, de la propia florescencia es la educación en libertad. Sin libertad no hay educación ni cultura, solo domesticación o reproducción ideológica para el mercado de esclavos descerebrados.
Las formas tradicionales de educación directa, conservadas en nuestras etnias, a lo largo y ancho de nuestro país pluri-cultural, están llamadas a incidir en la crisis de la educación académica. Los modelos de educación profesional y técnica generan creciente desempleo; los ideales del Hombre Moderno (progreso, desarrollo, bienestar, etc.) se desenmascaran como metas de la sociedad de consumo: dinero, competencia, explotación, desastres ecológicos, guerras mundiales, bomba atómica, etc.
Al fin de la Academia Clásica y los Tiempos Modernos, caen los muros de la educación burocrática que tratan de imponer los Estados des-estructurados y los usureros de la educación que imponen su agosto.
El rol des-estructurante de la educación alternativa y tradicional (del campo, la selva o la alternancia meta-urbana), es el de trasmitir y conservar la naturaleza de la voz original, el mito y el rito, las artes populares, las fiestas colectivas y toda clase de manifestaciones cocidas y cultivadas por el hombre.
SU CULTURA DEPENDE DE SUS MACHETAZOS. La tradición retórica de nuestro país no sólo ocupa la política, sino todas las instancias donde la burocracia puede edificar castillos de papel. El Ministerio de Educación tiene una superproducción de planes que no ha aplicado, ni puede aplicar, en un país donde "su cultura depende de sus machetazos", donde el Presupuesto Nacional se invierte en guerra. Si educar significa reprimir y acabar en la paz de los sepulcros, entonces el fascismo sería el mejor modelo educativo.
Tampoco es bien educado quien, mientras ostenta títulos y usura con la pedagogía, ignora el derecho natural a la educación, el arte y la cultura. Sin tierra no hay cultura. Mientras la tenencia de la tierra en Colombia siga generando la guerra, no podremos sembrar ni cultivar el árbol de la cultura. El árbol fue talado y los pájaros emigraron, la memoria parece perdida, pero no hay peste de olvido que dure cien años ni pueblo que la resista.
Si pensamos en la Educación, el Arte y la Cultura, como instrumento para lograr la Justicia Económica y la Paz Social, debemos dejar atrás la política de "la letra con sangre entra", debemos cambiar la espada por la pluma, y las estrategias de guerra por estrategias de paz. Al enfermo no se le castiga, al ignorante no se le persigue, al desempleado no se le proscribe. Al enfermo se le cura, al ignorante se le enseña, al desempleado se le da trabajo, al diferente se le respeta. Las diferencias no deben ser eliminadas, sino complementadas. Una educación democrática se funda en el respeto y en la participación, donde el poder debe ceder su ambición a las semillas del saber.
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Este articulo hace parte del libro: “EL TEATRO DE LAS INDIAS”.